Bull & Terrier

Aarón Medina

Tras la reciente aprobación de la normativa de eliminación del tabaco, se han creado pequeñas áreas para ir reduciendo lentamente el consumo de esta droga, con el fin de erradicarlo completamente. David se encontraba fuera, esperando desde hace un rato a que Iván, su superior, saliera de una de esas áreas. Probablemente, estaría sometiéndose al lavado obligatorio que se realizaba después del consumo para eliminar todas las toxinas.

Después de salir del edificio, ambos hombres se dirigieron al lugar al que fueron invitados con fines burocráticos.

– ¿Es tu primera vez? – Preguntó Iván, intentando sacar conversación mientras accedían al recinto.
– De hecho, sí. No soy muy fanático de este tipo de situaciones. – Confesó David
– Tranquilo, al final, esta es la mejor forma de resolver un conflicto como este.
– Tenía entendido que Hundsons usaba métodos más éticos.

Uno de los drones de seguridad se acercó a David y examinó su retina para validar su identidad, dejando que continuase su marcha. El dron, siguió de largo sobrevolando e identificando de manera aleatoria a los transeúntes que paseaban en la ciudad, llevaba el logotipo de Hundsons, un perro condecorado con unas grandes alas y las siglas de la corporación por debajo de ellas.

– Sí, los tienen explicó Iván retomando la conversación, y probablemente han sido utilizados uno tras otro sin resultado. Lo que habrá incrementado las tensiones de ambos bandos, lo que, créeme, no es de interés para nadie.
– ¿Crees que habrá una guerra? – preguntó David, sorprendido por las palabras de su superior.
Bull & Terrier existe para eso, para poner fin a conflictos como este.
– ¿Pero cuál es el propósito de poner a dos hombres a luchar? Me parece bastante bárbaro.
– Con el fin de evitar que miles de personas mueran por una diferencia entre países. No estuviste en esos tiempos, pero créeme, bastaban pocas razones para que los países se amenazaran con invasiones y armas nucleares. Aunque si es cierto que esto es poco ortodoxo, pero es la mejor forma de terminar con este conflicto sin que corra sangre de ningún bando. Dime, ¿Con quién vas?.
– No lo sé, supongo que con Trotzka. No entiendo porqué Foskelia quiere reclamarlo como suyo.
– Antes eran un único país, pero luego de que el proyecto Kennel fuera aprobado por Hundsons, los de Trotzka aprovecharon para convertirse en un país independiente.

Cuando llegaron a una de las cabinas, actualizaron sus datos a través de sus relojes inteligentes. Estas proporcionaban toda la información recopilada sobre ellos junto con el motivo de su participación, acelerando el proceso de ingreso y permitiéndoles acceder al edificio.

– Para entonces –retomó Iván–, se sentía que iba a estallar una guerra.
– Oí que Hundsons envía a Los Mastines en esos casos. ¿Es cierto? – preguntó David
– No se sabe. Esos Mastines parecen más una leyenda para meter miedo a todos los que estén contra las normas de Hundsons, pero al parecer, funcionó. Esa guerra nunca se produjo, hasta que surgieron nuevos conflictos en Foskelia.

Cuando llegaron a una de las habitaciones del lugar, encontraron a muchas otras personas que, además de ellos, habían sido invitados al evento, gente importante de la política estaba ahí, así como prensa e incluso otras entidades públicas alejadas de la burocracia. Cada uno hablaba de diversos temas, pero ninguno centrado en el conflicto en cuestión. Iván tomó dos copas de una de las mesas de la sala y se las ofreció a su acompañante.

– ¿Podemos beber? – preguntó David, tomando con duda una de las copas.
– Solo aquí. Pero tampoco te pases, no queremos ningún escándalo público. La prensa es bastante feroz en estos ambientes.– respondió Iván

En la sala se encontraba Jan Wolves, un exmiembro militar, anteriormente fue un participante de Bull & Terrier. Muchas cámaras lo enfocaban mientras era entrevistado, era conocido por ser el único capaz de participar como representante de un país dos veces seguidas, tras no haber quedado conformes con el resultado del primer encuentro, decisión muy divulgada en aquel momento. Este había sido duramente criticado por defender su postura ante el procedimiento del sistema alternativo de Hundsons, incluso insinuando que debería situarse como un medio más de proceso burocrático, en vez de considerarlo como una alternativa. Habían opiniones divididas antes esas posturas, sin embargo, debido a las sociedades pacíficas que se habían construido alrededor de los países, se solían exponer a quienes admitían sus deseos públicamente sobre esos temas.

– ¿Cómo se llega al acuerdo de Bull & Terrier? – susurró David a Iván, quien se mantenía alejado de las aglomeraciones, de vez en cuando saludaba e intercambiaba algunas palabras con algún otro, sin llegar a largas conversaciones.
– Por lo general, se intenta encontrar una solución lo más pacífica posible, lo que suele acabar en un acuerdo beneficioso para ambas partes – respondió Iván con el mismo tono, asegurándose que nadie los escuchara– pero en casos como este, lo normal es que el conflicto se mantenga, y se utilice el enfrentamiento en Bull & Terrier como último recurso.

David asintió, aunque no parecía muy convencido. Era difícil para él entender cómo dos personas luchando podían decidir el destino de miles de personas. Miró a su alrededor, observando a los demás asistentes. Vio a una mujer mayor sentada en una silla, se encontraba sola, con una expresión de tristeza en el rostro.

– Parece que algunos no están muy contentos. – Comentó David
– Claro, nadie quiere una guerra. Pero a veces no queda otra opción – dijo Iván encogiéndose de hombros–. Solo tenemos que esperar y que esto lo resuelva.
– Pero esto supone como otra alternativa para tomar armas, ¿No crees?
– Lo es. Pero de esta manera se aseguran de que no pase a mayores. Verás, todos los países afiliados a Hundsons tienen una tecnología lo bastante desarrollada para la defensa de su propio país. Una guerra solo serviría para gastar los recursos de ambos países hasta que uno de ellos finalmente decida rendirse, lo que provocaría una crisis global, algo que a nadie le interesa. Esto es más rápido, menos costoso y con una resolución más pacífica en comparación.

A medida que pasaban las horas, la tensión en la sala era palpable. Los asistentes cada vez estaban más callados, solo los susurros rompían el silencio que se creaba, parecía que algo iba a ocurrir en cualquier momento. Iván miró su reloj y vio que faltaba poco para que diera inicio al enfrentamiento. Avisó a David para que lo acompañase hacia la gran sala antes de que todo el mundo se dispusiera a entrar en ella, de esa manera se asegurarían de coger algún asiento con las mejores vistas para el evento.

– ¿Y una vez que termine? ¿Eso es todo? ¿Se reduce a una lucha entre dos hombres?
– Si quieres verlo así, no estás del todo equivocado. Pero va más allá de eso. Los países involucrados tienen mucho en juego. Los líderes invierten muchos recursos para entrenar a los mejores soldados con el fin de que les facilite la victoria. Algunos incluso dedican tiempo a encontrar a un representante antes de que exista un conflicto si quiera. Por lo tanto, una vez terminado, ¿Cómo crees que afectaría al país perdedor?
– Probablemente estarían indignados por haber invertido tanto en algo que no les ha dado ningún beneficio, además de perder aquello que motivó el conflicto primeramente.
– Exacto, eso podría llevar al país perdedor a un conflicto civil o incluso a un posible golpe de estado. Hundsons no querría que eso sucediera, por eso cuando un país pierde, se recomienda que el representante político abandone su puesto y sea reemplazado para recrear un nuevo espectro de poder en dicho país. Hay mucho más en juego de lo que parece.

Un pequeño aviso por megafonía anunció el inicio del evento, lo que hizo que un centenar de personas comenzaran a entrar. David notó como muchos de los asientos alrededor de ellos se llenaron rápidamente. Algunos de los presentes parecían entusiasmados, como si fueran a ver un partido de algún deporte local, e incluso escuchó algún comentario sobre posibles apuestas, las cuales estaban totalmente prohibidas. Observó abrumado la situación de aquella noche y volvió a centrar su vista en el escenario protagonista.

– ¿Cómo hemos llegado a esto?– se preguntó el muchacho.
– Bienvenido a la paz mundial del siglo veintidós. le respondió su superior.

Finalmente, las luces del pabellón se apagaron, dando luz al escenario e iniciando el evento de Bull & Terrier. 

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